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Las cualidades del líder visionario



por Kitim Silva Bosquejo basado en Jueces 6:12-16



Introducción

Los jueces de Israel, líderes de transición entre la conquista y la monarquía, fueron por naturaleza visionarios, que vieron lo que Dios quería hacer y le creyeron. Esta época de los jueces nos habla de una fase dentro de la historia de Israel, en la que los israelitas, debido a su infidelidad espiritual a Dios, fueron víctimas de pueblos circunvecinos que los oprimieron (Jue 2.11-15).

Uno de estos insignes visionarios fue Gedeón. Los israelitas habían permanecido por siete años bajo la opresión de los madianitas; y gracias al liderazgo de Gedeón, lograron vivir cuarenta años en paz y con bendición.

I. Las cualidades del visionario (Jue 6.12)

A. Gedeón anduvo con el Señor
Cualquiera puede decir que está con Dios, ¿pero estará Dios con él o con ella? ¿Podremos realizar algo para Dios si éste no está con nosotros? El líder visionario camina con Dios y Dios camina con él (véase Gn 5.22). Necesitamos estar saturados del poder de Dios para ser líderes eficaces. A Dios le interesa más lo que somos que lo que hacemos.

B. Gedeón se esforzó por el Señor
La visión que Dios tenía de Gedeón era la de un creyente fuerte. Su espíritu era varonil. Hombres y mujeres de una sola pieza son los que Dios está buscando. El ministerio no se ha hecho para "gallinas", es para águilas". ¡El líder visionario siempre es esforzado; hace más de lo que puede! ¡Nunca se rinde! ¡Nunca dice que no puede! ¡Nunca sale huyendo !

C. Gedeón aceptó los retos del Señor
El mundo está lleno de cobardes, cobardes de hacer la voluntad de Dios, cobardes de vivir vidas que agraden a su Creador. En las congregaciones hay muchos cobardes, cobardes que le hacen caso al temor y que se paralizan ante las dudas. En el liderazgo y en el ministerio para Dios y de Dios, los cobardes no tienen lugar.

II. El ánimo del visionario (6.13-16)

A. Gedeón era un creyente humilde
Aunque Dios le dijo que estaba con él, declara: «Ah, Señor mío, si Jehová está con nosotros . . .» (6.13). Los hombres y mujeres que Dios llama siempre piensan bien de los demás, nunca se ven superiores a nadie. No compiten espiritualmente para ganarles a otros.

B. Gedeón era un creyente preocupado
A Dios le hizo dos preguntas y una afirmación (6.13). Esto parecía ser el clamor del pueblo: ¿Por qué nos ha sobrevenido todo esto? ¿Y dónde están todas sus maravillas que nuestros padres nos han contado . . .? Y ahora Jehová nos ha desamparado, y nos ha entregado en mano de los madianitas».

C. Gedeón era un creyente alentado
Dios le responde (6.14). Dios no está interesado en cuán fuertes somos, sino en la disposición de poner nuestra fuerza a su servicio. Más que nuestra fuerza, Dios quiere nuestra voluntad, es decir, nuestra entrega total tanto a El como a su propósito (véase el Sal 138.8).

La clave de toda misión depende de la comisión de Dios. En la pregunta que le hace a Gedeón, «¿no te envío yo?» se percibe que Dios quería que la visión se cimentara en Gedeón, y que en su corazón se reafirmara: «Yo iré, porque Dios me envía a mí» (Jue 6.16).

Esa seguridad de que Dios está con aquel a quien llama y comisiona, permite a esa persona actuar para Dios (véase Jn 15.5).

Conclusión

Principios que debemos recordar:

Una buena relación con Dios precede a cualquier llamamiento
A creyentes vigorosos, Dios da visiones poderosas
A Dios no le interesan los cobardes para el ministerio
La humildad conduce a ponernos al nivel de los demás
La preocupación por otros es señal de que el corazón late para el ministerio
La disposición es la llave que abre la puerta del servicio a Dios.

Publicado por: Desarrollo Cristiano Internacional

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